Este es Camarón. Es un joven de flamenco (Phoenicopterus roseus) que entró en el centro de recuperación de fauna salvaje de El Chaparrillo, en Ciudad Real. Allí tuvo la suerte de rehabilitarse de su mal, se curó. Yo tuve la suerte que en un voluntariado en Las Tablas de Daimiel liberamos algunas aves por Daimiel. Tuve la suerte de devolver a Camarón a la naturaleza.
Cuanto menos paradójico. Fijaros en el género del nombre en latín de esta ave. Phoenicopterus. Sí, el ave fénix. El ave que se consumía en el fuego para luego resurgir de sus cenizas. Tal y como le pasó a Camarón.
Según algún historiador, el flamenco (ave) ha dado nombre al flamenco (cante, toque y baile). Aunque no está muy aceptado me gusta su versión. Dice que es por la semejanza tanto en vestimenta (pantalones apretados y camisa ancha, con volantes y colorida), como en movimientos (el flamenco ave va zapateando sobre el lodo para desenterrar los pequeños crustáceos de los que se alimenta).
El flamenco, declarado patrimonio de la humanidad desde hace muy poco, tiene ahora que recordar, para que resurja de sus cenizas y viva siempre entre nosotros a uno de los más grandes.
Yo empecé a escucharlo no hace mucho, me hubiese encantado verlo en directo, pero ya no podrá ser.
Esta es una canción (Manhattan (First we take Manhattan)) de uno de sus discos que más me gustan, Omega, en el que musican a García Lorca y versionan a Leonard Cohen.
1 comentario:
et llegiré sovint! m' agrada.
pd: molt bon vídeo.
una abraçada,
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