martes, 18 de enero de 2011

UNOS DÍAS POR ARABA

A principios de enero, justo acabado de estrenar el año, un tren sorprendentemente rápido y barato me llevó (amenizado el viaje gracias a las charlas seniles) hasta la capital de Araba (a la que habrá que dedicar otra entrada). Una estación que me trae malos recuerdos, pero al verlos llegar se me escurren esas aguas pasadas.
Tras la caña de rigor vamos hasta Izarra, el pueblo donde se aloja. No tan bonito como Lukiano, pero bueno, desde la cocina hay vistas bonitas y ruidosas.

Casco antiguo de Izarra
¡Qué alegría reencontraros! Un paseo, fumeteo en una bala de paja y algo de intriga para acabar el día. Miento! La buena comida siempre está asegurada en estas conjunciones...

Y ahora una excursión por Izki, uno de los parques naturales de la provincia, ¡el mayor robledal de Quercus pyrenaica de Europa! Promete...

Melojar en Izki
Y la verdad es que cumplió la promesa. A pesar de la niebla, que no deja ver nada de las vistas, ehh. Pero los bosques, hongos, las turberas, Korres, alguna rana y otros encantos hicieron agradable el camino.
Y para rematar una visita a la Rioja alavesa. Recomendadísimo: Laguardia y Elciego. Eso sí, no seáis tan burros como nosotros y visitar las bodegas, obras de Santiago Calatrava o Frank Gehry.

Pero no todo puede ser vida contemplativa, también hay que trabajar (bueno yo no, pero me solidarizo). Así que nos ponemos en busca de las becadas (Scolopax rusticola).

Zuia
En estos paisajes dá gusto de trabajar. Hayedos, robledales, prados de pasto y demasiados cultivos de coníferas o eucaliptos colorean el panorama con los sobrios tonos invernales. El trino de los pajarillos nos acompaña, mientras las vacas nos miran de arriba a abajo, curiosas.
Eso sí, el barro fastidia más de la cuenta, pero se soporta estoicamente (algo de rencor había en los zapateaos en la acera antes de cruzar el portal).

Santuario de Oro
Trabajo duro día y noche "¿Cuatro años de carrera para salir ahora con el frío que hace y lo oscuro que está? - Sí, mama, no te preocupes que no hace tanto frío". Más razón que un santo. Eso sí, la verdad es que se hace con buen agrado, siempre que no te encuentres perros muertos, las becadas no jueguen al escondite o la dinamo de la linterna empiece a fallar.

Sierra (no me acuerdo del nombre)


Pero también hay que descansar algún día, así que en la próxima entrada exploraremos tierras más lejanas aún.

2 comentarios:

Unknown dijo...

un plaer llegir-te i veure a través de la teva càmera allò que visites. ets molt bo!

Manu dijo...

Gràcies per afalagar-me, però tan sols faig de mirall... Tan de bo pogués ser molt més nítid